
¿Qué hay que tener en cuenta antes de empezar con el masaje?
Conversar con la persona previamente ayudará a generar un ambiente de calma y confianza que, poco a poco, ayudarán a desconectar, y ceder a la relajación que ofrece el tacto en ese momento y espacio concretos.
Preguntarle a la persona cómo se siente y cómo desearía sentirse luego, dónde siente más o menos molestias, dónde le gustaría recibir más atención (bien sea porque quiere aliviar la tensión allí acumulada o porque ese punto le ayuda a relajarse y sentirse mejor), entre otros detalles, forma parte de un buen ritual para dar masajes relajantes.
Es importante que durante la conversación la persona exprese si se sufre de algún problema en alguna parte del cuerpo, como puede ser una lesión. Esto ayudará a evitar que se manipule el área incorrectamente y se agrave su incomodidad. Además, de hacer esto, es conveniente animar a la persona a acudir a un especialista para aliviar ese problema o molestia.
Una buena preparación
La iluminación del espacio donde se realizará el masaje es fundamental para generar un ambiente agradable. Una luz suave (no del todo tenue) será lo más indicado. Invitará a la relajación, la calma y la quietud que la persona tanto necesita.
Por supuesto, la habitación no solo deberá contar con una iluminación suave, sino que debe ser confortable, con la temperatura adecuada. Nunca demasiado caliente ni demasiado fría y preferiblemente bien ventilada para que no la persona no sienta un “ambiente cargado”.
Asimismo, la acústica del espacio será clave. Debe ser un lugar donde los sonidos externos no penetren con facilidad ni de forma contundente. En esta línea, puedes elegir música instrumental y ponerla a un volumen bajo (a modo de ruido blanco o rosa).
También se puede aromatizar ligeramente el espacio con una fragancia suave. Para ello, no dudes en recurrir a los aceites esenciales o las colonias de bebé. Eso sí, no se recomiendan los perfumes personales ni otros de los ya mencionados en grandes cantidades; ya que cargan en exceso el ambiente.
Los ungüentos y aceites esenciales
Las leches hidratantes y lociones ligeras son ideales para dar masajes relajantes porque suavizan el roce con la piel. En cuanto a los aceites esenciales, según avala un estudio desarrollado por varios investigadores de Estados Unidos, estos tienen varias ventajas: se absorben poco a poco, desinflaman y reactivan la circulación.
Es recomendable tomar unas cuantas gotas del producto y distribuirlas por las palmas de las manos antes de empezar a distribuirlo por la zona donde se trabajará. Se considera que los mejores para este proceso son los de camomila, eucalipto, romero, orquídeas, sándalo, menta, limón, lavanda y la bergamota. Todos ellos cuentan con aromas muy agradables.