
Consejos para dar masajes relajantes
Los masajes relajantes son ese “mimo” o “regalo” que nos hacemos de vez en cuando, al sentirnos cansados, adoloridos, tensos, con molestias varias… O simplemente sobrepasados y con una sensación de pesadez que no se va ni aún tomándonos un fin de semana para estar de relax.
Sin embargo, no deberíamos esperar a sentirnos sobrepasados para disfrutarlos. De hecho, hacerlo más a menudo incluso podría brindarnos varios beneficios a la salud, además de ese grato alivio que tanto anhelábamos inicialmente.
Por lo general, se suelen recomendar a los deportistas, porque son quienes más tensión podrían llegar acumular después de cada sesión. No obstante, cualquier persona puede disfrutar de los beneficios de los masajes relajantes en el momento que lo desee. Esto quiere decir que los masajes se pueden ajustar a la persona, en función de sus necesidades y condiciones.
¿En qué consiste dar masajes relajantes?
En líneasr generales, podemos decir que dar masajes relajantes consiste tanto en acariciar la piel como en ejercer cierta presión sobre algunos puntos del cuerpo para aliviar tensión acumulada.
Tal y como explica una investigación desarrollada en 2020, a través del sentido del tacto se busca brindar sensaciones agradables a quien recibe el masaje. Para ello existen diversas técnicas. No obstante, la más popular continúa siendo “el masaje sueco”, que implica el uso exclusivo de las manos.
Al tocar la piel de la forma adecuada, se pueden estimular zonas más profundas del cuerpo. Por lo que los masajes relajantes son una excelente opción para combatir diversas molestias físicas e, incluso, psicosomáticas (lo que llamamos “tensión emocional” o “estrés acumulado”).
Los masajes relajantes brindan alivio (físico y psicológico), maximizan la sensación de bienestar. Se dice que en líneas generales ayudan a mejorar la circulación sanguínea y la salud de la piel.
Más allá de esto, dar un masaje relajante consiste en realizar todo un ritual para procurarle alivio y bienestar a otra persona de manera integral. En este sentido, cada detalle suma. Desde la habitación, el tipo de aceite esencial que vas a emplear para aplicar sobre la piel, la forma de manipular la piel, el tono de voz con el que atiendes a la persona, hasta la manera de escucharla.
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